Garúa hizo saltar la térmica de Niceto Bar

 La banda rock tango fusión de Punta Alta, flechó a los más de 50 cuerpos y fantasmas que acudieron al reducto de Palermo en el día de los músicxs. 

PH: Damián LLorente
      
Tremenda osadía la de estos pibes oriundos de un pueblo del mal llamado interior. La de plantar la bandera del arte auténtico donde atiende dios. Osadía por la misma falla de la Matrix de haber nacido en una ciudad al borde de un territorio militar, porque si hay un lugar donde hay que sacarle punta a la lanza para batallar y sobrevivir eligiendo el arte, ese es Punta Alta. 

Garúa ante todo es un colectivo artístico, que rompe con esquemas y moldes de la música, animándose a una paleta amplísima de sonidos y engranajes detrás y durante escena. Ahí radica el secreto de estos pibes que sueñan con federalizar su obra cada vez más. Y no sólo desde el algoritmo, sino a través del impulso de la ruta, ese tan necesario para dar con aventuras y desventuras también. Ese único y entrañable camino en el que se comienza a sentir de qué se trata realmente la música y lo que puede producir en decenas, cientos de seres de diferentes procedencias que se zambullen a una experiencia totalmente diferente.


Dante Fiabane (batería), Victor Avalos (bajo), Javier Mendigochea (bandoneón), Agustin Marrocchi (guitarra y voz) y Nicolás Espejo (teclados) ya salieron de su zona de confort, de su zona de influencia que tan bien los ha cobijado, ya sea en Punta Alta, Bahía Blanca e Ingeniero White, sólo por nombrar el trinomio más cercano a su sala de ensayo. 


Ya sé, usted está esperando que ponga en situación el arte vívido. Disculpe, esto no es una crónica, además, me entretuve caracterizando el arte sostenido, lo que está delante y detrás del todo. El motor que empuja el carro, que funciona a sangre y ADN. Porque lo desconocido hay que darlo a conocer con sustento emocional e histórico.


Ahí viene…


A pura fuerza iconoclasta y autogestiva, los pibes que se hicieron 650 km en tres autos por amor al arte y casi no llegan al centro del país por ese pillo alternador, brillaron con su set de más  de hora y media, dónde repasaron los temas de su único disco y algunas cancioncitas más.


Rock, tango, fusión, pizcas progresivas y hasta muecas urbanas y reguetoneras titamerelezcas de arrabal, fueron las coordenadas de una noche increíble. Obvio que también estuvieron Pugliese, Spinetta y Piazzolla en la platea privilegiada de la innovación, una invitación a ir sin miedo hacia la novedad. Por eso Garúa es revolucionaria. Porque además juegan en equipo con amigos que producen, que fotografían y hasta con músicxs invitadxs como Luz Faura y Friki Frankie, quienes estuvieron presentes en algunos temas y la rompieron toda. Una caravana que yira yira con el único aliciente de brindarse al arte popular.




PH: Damián LLorente 


Lo de Nicet
o fue un momento único, preciso, un manifiesto firmado a través del poder del verbo, lo estético y performático… lo que sí o sí trasciende. Les aseguro que fue el punto de inflexión que la música  necesitaba para sacar la modorra sin temor a meter todo por un gran embudo. Porque de eso se trata el poder de la música, de animarse, pero por sobre todas las cosas, de divertirse.


Niceto será un mojón súper importante en la incipiente carrera de Garúa. Sólo necesitan más ñatas contra el vidrio y escuchas de varios y varias que ya merodean por la vereda-vidriera irrespetuosa de este siglo XXI Cambalache, problemático y febril.


El resto queda por cuenta propia. Zambullite en el mundo de Garúa en los siguientes links y flasheala.


Escuchalo en:


Spotify: https://open.spotify.com/album/0QwUg6M03dUnAeTQJz2UbE?si=TdNHLaC5TlmRiue10LPvtQ


YouTube: https://youtu.be/g2_LjtKIgXA?si=9anDnaIINn55h_Vm



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